El día y la hora nadie lo sabe

“Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.” (Mateo 24:36)

Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud

Cuando somos jóvenes, la vida nos pasa tan rápido que no nos detenemos en reflexionar en una cosa: Algún día se van a acabar nuestras fuerzas...

Biblias electrónicas gratis

Dos Biblias electrónicas bastante buenas; una que se puede descargar completamente gratis e instalarla en el equipo, y otra que está disponible en modalidad online...

No juzguéis para que no seáis juzgados

Mateo 7:1 dice “No juzguéis, para que no seáis juzgados”, también Romanos 14:13. Sin embargo, en la Biblia encontramos otros textos que señalan que sí debemos juzgar (Juan 7:24; 1 Cor.2:15), ¿Contradicción?

El día y la hora nadie lo sabe

“Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.” (Mateo 24:36)

miércoles, febrero 27, 2008

No siento… ¿o no creo?

Una de las frases que más he escuchado en muchas personas que asisten regularmente a iglesias evangélicas (por lo menos acá en Chile), es la típica “no siento”, seguida de una frase que da a entender que es lo que no sienten, por lo regular, un verbo.

Este dicho sentimental se presenta en las más variadas circunstancias, entre las cuales podríamos mencionar:

No siento de ir a predicar
No siento de ir a la iglesia
No siento de bautizarme
No siento de ofrendar
No siento de ir a visitar

¿Te imaginas que tu padre llegara a fin de mes a tu casa, con el dinero de la paga de su trabajo, y dijese: “No siento dar el dinero para mi familia, mejor lo gasto con mis amigos”?

¿Y que tal si tu jefe te pide que le entregues un informe de ventas del mes, y tú recostado sobre tu escritorio le dices muy tranquilamente: “Jefe, no siento hacer ese informe”?

¿O si tu profesor te pide que le entregues la tarea que acordaron entregar hoy, y le dices: “lo que pasa es que no sentí hacer mi tarea”?

Estas tres últimas situaciones tienen algo en común respecto a los primeros enunciados, y algo que las separa: Las últimas son semejantes a las primeras en lo absurdo y porque todas representan una evasión a una obligación; pero son distintas porque sólo las primeras ocurren en la vida real (¡salvo raras excepciones!).

Y es que ese es el punto: Muchas de las cosas sobre las cuales se dice “no siento…”, no son acciones optativas, sino obligatorias.

Es decir, en la Biblia encontramos mandamientos, los cuales deben ser cumplidos. De tratarse de asuntos optativos sujetos al sentir de cada cual, ya no serían mandamientos, sino consejos o sugerencias. Pero ese no es el caso.

Toda obligación incumplida tiene su consecuencia: El padre que no provee a su familia y se va a gastar el sustento familiar con sus amigos, armará un grave conflicto familiar y su eventual ruptura. El empleado que no cumple con entregar su informe por no sentir hacerlo, es despedido, y el alumno que no entrega su tarea es mal calificado.

Las cosas se hacen por obediencia a los mandatos de Dios, no por que a mi se me da la gana con un sentimiento antojadizo y demoníaco. Si en verdad hacemos las cosas “por amor a Dios”, pues debemos hacer lo que Él nos manda.

“Si me amáis, guardad mis mandamientos.” (Juan 14:15)


El sentir para hacer es algo que suena atractivo para muchos; la escena espectacular de un fuego ardiendo en el corazón y una voz atronadora que viene del cielo diciéndonos: “¡Anda a predicar!”, es algo que muchos esperan para obedecer.

Sin embargo, si queremos oír una voz espectacular, que mejor que la voz de Dios en la Biblia, la cual declara el mandamiento de ir a predicar (Marcos 16:15), de congregarse (Hebreos 10:25), de bautizarse (Marcos 16:16), de ofrendar (1 Corintios 16:1-4), de ir a visitar a los que se encuentran en necesidad (Mateo 25:43), etc.

Si eres de los que desde hoy vivirán un evangelio movido por convicciones más que por emociones, pues te felicito. Pero el que insiste en “no sentir”, pues vaya que sí va a sentir las llamas del infierno… pues en realidad, el problema no es que no sienta, sino que no cree a lo que Dios manda en la Biblia.

Dios te bendiga