El día y la hora nadie lo sabe

“Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.” (Mateo 24:36)

Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud

Cuando somos jóvenes, la vida nos pasa tan rápido que no nos detenemos en reflexionar en una cosa: Algún día se van a acabar nuestras fuerzas...

Biblias electrónicas gratis

Dos Biblias electrónicas bastante buenas; una que se puede descargar completamente gratis e instalarla en el equipo, y otra que está disponible en modalidad online...

No juzguéis para que no seáis juzgados

Mateo 7:1 dice “No juzguéis, para que no seáis juzgados”, también Romanos 14:13. Sin embargo, en la Biblia encontramos otros textos que señalan que sí debemos juzgar (Juan 7:24; 1 Cor.2:15), ¿Contradicción?

El día y la hora nadie lo sabe

“Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.” (Mateo 24:36)

domingo, noviembre 30, 2008

Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios

Cuando predicamos el evangelio, estamos convencidos que su Palabra hará la obra en aquellos que han de recibir a Jesucristo como su Señor y Salvador, pues sabemos que la fe viene por el oír la palabra de Dios (Romanos 10:17), y su palabra jamás volverá vacía (Isaías 55:10-11), pues el poder de la palabra de Dios se manifiesta cuando ésta es predicada tal cual es.

Por lo tanto, cuando decimos: “Escrito está…”, y leemos la Biblia con fe y oración, su palabra hará una obra invisible a nuestros ojos, pero tocará las almas de un modo que muchas veces no nos dimos cuenta.

Por lo tanto, si vamos a hablar, debemos hacerlo conforme a las palabras de Dios; como está escrito:

Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.” (1 Pedro 4:11)

Si Dios nos da un don especial en el habla, lo que hablemos y prediquemos tiene que estar conforme a las palabras de Dios, y no fuera de aquello. Esto no sólo se refiere a que nuestros temas de predicación tienen que estar correctamente orientados en la doctrina bíblica, sino que también en cuanto al momento en que declaramos “Escrito está…”

Y es en este punto en donde se escuchan de labios de muchos predicadores, frases que poco y nada tienen que ver con la Biblia, aún cuando estos afirman que sus declaraciones son palabras citadas textualmente de las Escrituras, cayendo desgraciadamente en la ignorancia y en la mentira.

Diversas frases he escuchado desde púlpitos hasta simples conversaciones con hermanos, en donde se ha dicho “como dice la Biblia…”, seguido de una frase con un texto alterado, inventado o sacado de otro lugar, como por ejemplo:

Alteraciones de textos:
1) Al momento de pasar la ofrenda, muchos dicen: “Dios bendice al dador alegre”, y es: “Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7).
A pesar de que no es algo tan terrible, llama la atención cómo es que se ha dado la situación en que uno deforma un texto, y después varios otros siguen el ejemplo, demostrando que se conforman con sólo oír al predicador, repitiendo todo lo que él dice, sin leer la Biblia.

2) En el “Padre nuestro” a veces se menciona: “Hágase tu voluntad en el cielo, como en la tierra”, y es: “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Mateo 6:10).
Una diferencia sutil, pero importante ¿Cómo se hará en el cielo la voluntad de Dios de la misma manera que en la tierra, la cual está bajo el maligno?

Textos inventados:
Existen frases y dichos populares que corresponden a invenciones que suenan muy bíblicas y de hecho, varias tienen razón en sus planteamientos, así como otras no. Sea como sea, muchos asumen que son bíblicas frases como:

“Predicador, predícate a ti mismo.”
“Ayúdate que yo te ayudaré.”
“En la obediencia está la ganancia.”
“Si no oramos tres veces al día, seremos borrados del libro de la vida.”


Textos no bíblicos:
También se mencionan textos que están escritos en otros lugares fuera de la Biblia, siendo muy recurrente mencionar alabanzas de los himnarios evangélicos pentecostales, como por ejemplo:

“Caminando, caminando
Por el mundo de dolor
Dirigimos nuestros pasos
Al palacio del Señor.” (Alabanza 284 del Himnario Evangélico - Chile)


“A ti alma, te digo despierta,
No desoigas de Cristo el llamado,
Hace tiempo Él golpea a tu puerta,
Y te dice abandona el pecado.” (Alabanza 312 del Himnario Evangélico - Chile)

Muchos de los que pronuncian estas frases, y los que los escuchan, creen que son palabras escritas en la Biblia.

Advertencia

Es interesante notar que si alguien se empeña en agregar más palabras a lo que ya está escrito en la Biblia, tiene la siguiente advertencia:

“Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.” (Apocalipsis 22:18)

Seamos más fieles y preocupados al momento de mencionar la palabra de Dios, y que nuestras palabras sean conforme a lo que realmente está escrito, para que el poder de la palabra del Señor se manifieste. La próxima vez que escuches a alguien decir: “Como dice la Biblia…”, compruébalo; y la próxima vez que tú digas “Escrito está… ”, ten cuidado de tus palabras, y asegúrate que sea como está escrito.

Dios te bendiga.